jueves, 1 de julio de 2021

 Comuna de La Unión



Selmira Mendoza Delgado. Propietaria de la “Chichería Mendoza”

“Mi abuelo empezó con un tornillo a elaborar chicha, para después agrandarse hasta lo que es hoy, él fue quien le enseño a sus hijos, pero nadie se interesó mucho excepto mi madre, ella fue la que siguió el rubro, ella junto a mi padre fueron los que continuaron la tradición”, recuerda Selmira Mendoza, heredera de la reconocida “Chichería Mendoza” una de las más antiguas de la comuna de La Unión.

El origen de “Chichería Mendoza” data aproximadamente de 1900, cuando su abuelo comenzó con un tornillo hacer chicha, y les enseñó a todos sus hijos, sin embargo, su hija Marelia Delgado fue la única que realmente se interesó en continuar con este rubro, más tarde junto a su esposo Marcial Mendoza se transformaron en los herederos de esta tradición. 



 Comuna de Valdivia



Ernesto Jaramillo Bebranes. Propietario de “Las Pandoras Molino de Manzanas”

 “Desde cabro chico, el finao de mi papá hacía chicha, pero más tomaba él que la que vendía, hacía unos 5 mil litros. Cuando estuve en un asentamiento en Cuyinhue (San José de la Mariquina), teníamos hartas quintas que daban dos mil sacos de manzana. Molíamos donde Dagoberto Pineda y veíamos cómo se hacía la chicha y también molíamos donde don Juan Segovia, ahí vi cómo se hacía la chicha, ahí aprendí”, relata don Ernesto Jaramillo, propietario de “Las Pandoras Molino de Manzanas”.

Su molino funciona en el lugar actual desde 1992 aproximadamente, pues antes lo tenía en la zona del “Tambillo” de Punucapa: “Yo no me dedicaba a esto, pero compré esa parcela ahí.  En el campo trabajaba con ganadería y leche. Se puso media pesada la cosa y tenía dos quintitas. Un día fui donde un vecino y le dije si me podía moler unos saquitos para tener chicha dulce, fui dos veces y dibujé el molino. Después me compré una prensa y después otra y un tornillo que le compré a un sobrino”.



 Comuna de Valdivia


Maximiliano Yabar Lovera. Productor de chicha del sector de El Arenal

La gente me conoce por el gringo Yabar”, así se presenta don Maximiliano Yabar Lovera, que comenzó a dedicarse a la producción de chicha con solo 17 años. Hijo de Maximiliano e Isabel, siempre ha vivido en el mismo sector.

“Mi papá vivía acá; él aprendió de su padre. Mi abuela materna, también tenía pipas (…) Vivían al otro lado, 2 kilómetros para allá en Santa Elvira. Tenían molino y quinta; se llamaba Victorina mi abuelita. Mi mamá tiene 92 años (2019), ellas trabajaban en eso (…) Tenemos tradición familiar. Mi viejo por parte de ellos (familia) también tenían molino”, relata don Maximiliano.

“Mi papá me enseñó a trabajar, al final nos entusiasmamos y me quedé con todo: había una prensa y después hice dos prensas más o sea tengo tres. He reformado las prensas que son de madera, se echan a perder y uno tiene que comprar los palos y armarlas de nuevo, queda solo el tornillo que es lo principal”, aclara el productor. Además de la prensa, tiene un molino y una canoa, lo que hace posible que en un día “bien trabajado” pueda moler hasta 100 sacos.


 Comuna de Corral


Alfredo Igor Igor. Propietario de la “Chichería Igor”, isla Del Rey

Don Alfredo Igor nació en isla Del Rey. Tiene un molino desde hace unos 30 o 40 años, no recuerda muy bien esa fecha, pero sí que se lo compró a Neftalí González Carrazola, quien le contó que el molino había sido de sus padres, por eso estima que debe tener más de 100 años de antigüedad.

“Lo que sé, me lo enseñó el caballero que me vendió el molino, que venía siendo pariente de mi papá, sabía que iba a necesitar este oficio para vivir.  De la venta de la chicha aprendí aquí mismo, con mi mamá, porque nosotros vendíamos en Corral la chicha dulce, en la feria los miércoles y domingos. Debo haber tenido unos 13 o 14 años y de ahí empecé a notar que la cosa era rentable”, recuerda don Alfredo.

Cuenta que en las mejores épocas llegó a hacer hasta 5.000 litros en un año, ya que no había muchos molinos y que la gente no tenía pipas para guardar la chicha: “Ahora el envase es de plástico, casi todos tienen molinos, pero son pequeños. Eso sí, estos tornillos que tenemos acá son muy escasos y caros, los otros molinos pueden ir moliendo de a poco, aquí yo muelo 25 o 26 cajones al día”, explica don Alfredo.


 Comuna de Panguipulli



Jaime Barría Ojeda. Propietario del lagar de Barría (sidra y vinagre de manzanas)


Don Jaime Barría vivió hasta los 18 años en Chiloé, ahí adquirió el gusto por hacer chicha. Llegó a Panguipulli cuando tenía 29 años, fue funcionario público y posteriormente, junto a su padre, Efraín, compraron una parcela. Comenzaron a hacer chicha en la década de los 80, plantaron también algunos árboles de manzana chichera.

“En el 2003 empezamos a comprar prensas antiguas que había en la zona, algunos toneles de madera usados, trajimos algunos de fibra de vidrio de la zona central de depósitos de vino, compramos los toneles de desecho de vino”, relata el productor.

“Comencé a producir de seiscientos a mil litros. Era poco y se consumía en la zona, fue aumentando la producción de los manzanos y también compramos en predios. Pasó a 5 mil, a 10 mil, 15 mil y 20 mil. Hemos llegados a hacer sobre 35 mil litros hace 5 años atrás. Vendemos para Santiago chicha, sidra y vinagre”, indica don Jaime.




 Comuna de La Unión


Mario Vásquez Montiel. Propietario del molino “Los Vásquez”


El molino “Los Vásquez” cuenta con instalaciones conformadas por dos prensas y un sistema de tornillo móvil. Todo fue construido con madera de coihue, debido a su durabilidad. Cuando empezaron a trabajar, la canoa tenía 10 m de largo, elaborada de un solo tronco, la cual tenía capacidad para 60 sacos de manzanas molidas. Durante los años de funcionamiento se han dedicado a elaborar su propia chicha y también a ofrecer el servicio de molienda a sus clientes de La Unión.

Don Mario Vásquez explica que la producción de chicha comienza en febrero con la manzana primeriza, pero el trabajo más fuerte en el molino se inicia después del 15 de marzo con la llegada continua de moliendas. En una temporada pueden llegar a moler hasta tres mil sacos. Sobre su propia producción, indica que comenzaron haciendo 120 litros de chicha, pero que incluso llegaron a hacer 18 mil litros, los que se vendían para fiestas patrias, navidad y año nuevo.


 Comuna de La Unión


Verónica Cuevas Naipe y Pedro Castro Soto. Propietarios del Molino “La Esponja” 


El matrimonio de doña Verónica y don Pedro es el reflejo de una historia vinculada a la tradición del molino y la elaboración de chicha en el sur de Chile. Ambos desde pequeños observaron como padres o abuelos producían este brebaje tan tradicional en el campo y la ciudad. “Aprendí desde pequeño hacer chicha, debo haber tenido como 10 años cuando mi papá, Adolfo Castro, nos llevaba a la quinta del tío para que lo ayudáramos recoger la manzana, en ese tiempo era un alivio para mi mamá porque éramos 10 hermanos, por eso el papá salía con los más chichos, así nos acostumbramos a todo el proceso de la chicha. En esa época hacían la “troja”, se le llamaba a un cubo que se construía en una esquina donde de depositaba la manzana que se recogía todos los días, era una forma de mantenerla alejada de los animales, ahí se juntaba y después se molía”, recuerda don Pedro Castro

 Comuna de Paillaco


José Orlando Villegas Leiva. Expropietario del Molino ByV (Barrientos/Villegas), en la localidad de Reumén.

Don José comenta, “recuerdo que el ambiente de la época era muy bueno, yo vendía chicha (yo no tomaba licor), pero la gente venía a tomarla, se portaban todos muy bien, compartíamos comida, jugamos al tejo y pasábamos una tarde bien entretenida. Tengo los mejores recuerdos de este período”.

La maquinaria era de fierro, artesanal; y la batea, de fibra de vidrio.  Durante el proceso de hacer la chicha, don José explica que, “cerca de 17 personas trabajaban para mí en el proceso:, primero salíamos a ver las quintas, almacenábamos las manzanas bajo techo 200 a 300 sacos y los dejábamos almacenados hasta que comenzaba a llover; entonces, hacíamos la chicha, molíamos la manzana, se envasaba y terminábamos la faena por abril o mayo y hacíamos una gran fiesta con comida, baile y muy felices.  Finalmente, este trabajo, después de un largo tiempo, lo hacía con 6 personas”.


 

Comuna de Mariquina



Guillermo Tripailaf, productor de chicha sector Puringue Rico

“Mi abuela nos hacía acarrear manzanas y tomarlas a mano con todo cuidado. Ella abajo le colocaba una capita de paja de trigo y ahí colocaba las manzanas y después otra capita y así las guardaba. Duraban hasta septiembre-octubre”, nos cuenta.
En cuanto a la producción de chicha estima que, ésta debe haber comenzado en su familia en 1949-1950, siendo en esos años, prácticamente, la única chichería en esa zona, por lo que llegaba gente de Mehuín y Puitril a moler manzanas.